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Oclusión
Cuando los dientes no están alienados adecuadamente, decimos que existe mala oclusión dental o que hay una oclusión dental defectuosa. Es un problema que, en mayor o menor medida, afecta a un porcentaje de la población muy elevado y que en muchos casos no precisa de tratamiento. Sin embargo, cuando los dientes aparecen torcidos o los superiores no encajan bien con los inferiores y ello provoca problemas a diferentes niveles, es necesaria la intervención de un profesional de la salud dental. Existen otros términos para referirnos a este problema como “dientes apiñados”, “dientes desalineados”, “mordida abierta”…
Síntomas de una mala oclusión dental
Entre los principales síntomas que encontramos destacan, aparte de los dientes mal alineados,
- Molestias que se producen durante el proceso de masticación.
- Apariencia anormal del rostro.
Esta anomalía también puede producir, en menor medida, problemas en la respiración, incluso en algunos casos llega a entorpecer el habla de algunas personas que la padecen.
Causas de la mala oclusión
Es un problema hereditario en muchos casos. Sin embargo, pueden existir muchas otras causas. Por ejemplo:
- Malos hábitos infantiles como chuparse el dedo o un tiempo muy prolongado de uso de chupete.
- Dientes extra o pérdida de dientes.
- Prótesis, coronas que no han sido bien ajustadas.
- Lesiones de mandíbula que han producido mala alineación
- Tumores en la zona.
Tratamientos a realizar:
- Raspados y alisados radiculares.
- Técnicas quirúrgicas de regeneración periodontal.
- Técnicas de cirugía plástica de la encía.
Tratamiento
Con el tratamiento conseguimos corregir la posición anormal de los dientes. Habitualmente se utilizan correctores dentales, bandas metálicas, alambres o resortes para hacer fuerza, dependiendo de cuál sea el caso.
En otros casos de apiñamiento será necesario proceder a la extracción de una o más piezas dentales. Sólo algunos casos más graves requieren cirugía e incluso la prolongación o acortamiento de la mandíbula.
Prevención de la mala oclusión dental
Un factor clave es la revisión dental de los niños antes de los 6 años. Es importante también controlar determinados hábitos infantiles. Si el problema se detecta a tiempo siempre será más fácil su tratamiento y se evitarán complicaciones derivadas. Una de las patologías que surge como consecuencia de la mala oclusión dental, que se agrava con el estrés, es el bruxismo, en la que el sujeto rechina los dientes durante el sueño.